Algunas personas no quieren empezar a practicar yoga porque creen que no tienen flexibilidad suficiente para poder hacerlo.
¡Se equivocan! Para iniciarte en yoga no necesitas ser flexible. Con la práctica, poco a poco irás ganando flexibilidad. cuando yo empecé a practicar yoga era un tronco jajaj.
La importancia de trabajar la flexibilidad
Cuando somos bebés, nuestra flexibilidad es envidiable, por ello, cuanto más pequeños somos, menos probabilidad tenemos de sufrir una lesión y si así fuera, la recuperación es muchísimo más corta.
Indudablemente, si no trabajamos esa flexibilidad, nuestro cuerpo será cada vez más rígido y nos costará más trabajo cualquier acto físico que nos propongamos. Nuestros rango de movimiento será menor y los dolores, por lo general, acabarán siendo crónicos.
La flexibilidad, uno de los beneficios del yoga
Con casi todas las posturas de yoga, aumentas tu rango de movimiento haciendo que tus articulaciones sean más fuertes y flexibles.
Cuando entres en tu primera clase de yoga, verás que eres bastante menos flexible de lo que esperabas. No te desesperes, con constancia todo se consigue y recuerda, que las personas de tu alrededor, incluido el profesor, empezaron como tú.
No te obsesiones con ganar flexibilidad en una zona concreta. Aunque veas que tienes más flexibilidad en la espalda por ejemplo que en las piernas, es importante compensar y trabajar todos los músculos.
Recuerda ver tu cuerpo como un conjunto
La respiración, es un eje esencial para conseguir flexibilidad. Es la mejor forma de relajar el cuerpo. Sentiremos que con cada exhalación, llegamos más lejos
El yin yoga, es una práctica excelente para desbloquear la mente y el cuerpo. Es una buena práctica para empezar a ganar flexibilidad.
Iníciate con algunas posturas básicas y muy efectivas para ganar flexibilidad.
Es importante empezar poco a poco, y con constancia, mucha constancia. Ese es el secreto 😉